Por suerte, hoy en día la conversación en torno a los juguetes sexuales y el placer femenino comienza a ser habitual: las mujeres se atreven a explorar su cuerpo y sus placeres, y los juguetes poco a poco forman parte de la vida sexual de las personas, ya sea que se usen en solitario o en pareja. Para contribuir a la conversación, platicamos con nuestras amigas de CHERISH sobre algunas dudas comunes a propósito del placer femenino, para agarrar el toro por los cuernos.
La expresión de la sexualidad suele reflejar los valores y creencias personales en cada momento vital. Dichos valores suelen ir asociados a formas de culpabilización y penalización de la persona que los transgrede. El consumo compulsivo de la sexualidad se identifica con la felicidad. La sexualidad también se utiliza como reclamo publicitario y se relaciona, sobre todo, con el atractivo físico de la juventud y con la seducción para buscar el propio placer, independientemente del placer y bienestar de la otra persona. En todas las sociedades, las normas y costumbres relacionadas con la sexualidad tienen que ver con cómo se entienden. En la actualidad, se observa una tendencia a dotar a las personas de libertad para decidir por sí mismas sobre la forma cómo quieren vivir su sexualidad. A la moral sexual, la sexualidad banalizada y la utilización de la sexualidad como instrumento al servicio del consumo, se contrapone otra forma de entender la sexualidad y las relaciones, basada en los siguientes principios éticos. En definitiva, nos permiten utilizar la libertad para tomar las mejores decisiones y disfrutar de la mejor salud, individual y colectiva. Exige capacidad de negociación y tolerancia a la frustración.